jueves, 13 de agosto de 2009

Resistirse al Exilio

"Amar a la Patria bien nos exigieron

si ellos son la Patria, yo soy extranjero"

Sui Generis, "Botas locas" (1974)

Qué significativa la sesión de Diputados de ayer donde se aprobó la prórroga de la delegación de facultades al Poder Ejecutivo, una de las cuales era la de fijar retenciones.

Basta revisar ese "parte de prensa del enemigo" (J.W. Cooke dixit) que es La Nación para ver lo mal que fue receptada la noticia por la corporación sojera y aliados. Buzzi, por supuesto, ya prometió los aprietes senador por senador y la posibilidad de cortes de ruta que ya fueran utilizados a lo largo del conflicto con las patronales del sector agropecuario.

Pero todo esto, en parte, ya era sabido.

Lo que me llamó puntualmente la atención, fue observar qué cantaba la gente en las tribunas. Los militantes de organizaciones sociales y partidarias afines al kirchnerismo, tenían sus banderas y cantaban consignas claras de apoyo a la iniciativa, que fue, una vez más brillantemente defendida por Rossi, sin lugar a dudas uno de los cuadros más brillantes del peronismo.

En la tribuna de enfrente, esa amalgama inescrutable, ese cúmulo de planteos miserables a favor del capital a la cual condensa, sin más, el rótulo de "la derecha". Por supuesto, la misma sabe que es de pésimo gusto aceptar el guante de discutir ideas políticas, y ha renunciado hasta a su mismo nombre. Así que en la tribuna, según ellos, el campo y los "autoconvocados".

¿Y qué cantó esta gente? Una consigna sencilla, analizada y planteada sin dudas por algún consultor, como el que propuso que en el acto en Rosario, en el Monumento a la bandera, sólo hubiera signos patrios como distintivo. De un lado, entonces, el caos, la masa, la muchedumbre estúpida setentista que no se enteró de que eso de andar con banderas, de ponerse nombres pomposos, de reivindicar su pertenencia a lo popular, no es Pro, sino de montonero rencoroso que viene a quemar el país, en su afán de venganza desmesurado, blandiendo el bisturí que reabre heridas que lo políticamente correcto manda cauterizar, ocultar. En tumbas tan anónimas como aquellas de las que dispuso el golpe cívico-militar del 76.

De un lado entonces, esta bestialidad sin nombre, ese terror que les representa el peronismo. Del otro, el país. La Argentina. Justamente eso fue lo que vitoreaban ayer desde las tribunas los defensores de la corporación sojera: el nombre del país. Los pintorescos dueños de los campos, que se quitaron el traje con el que negocian por la más mediática bombacha y boina, y a su lado, los pulcros yuppies del PRO. Gritando: "¡Argentina! ¡Argentina!". Faltaba sólo el idiota de Aguinis para murmurar, con bien pagado cinismo, el título de su libro: “¡Pobre patria mía!”.

Qué poco ha cambiado en este país desde los setenta. Ojalá los tímidos, la izquierda boba que tiene tantas pero tantas preocupaciones por el campo popular que piensa que la mejor estrategia es desgastar al gobierno, lo entiendan antes de que sea tarde.

Ojalá se sumen para arrebatarle a la derecha los colores de la bandera y el nombre del propio país. Mientras por motivos de marketing político la corporación sojera y aliados lo sigan reivindicando para sí, mientras los medios sigan siendo de ellos, y se diga que el campo es la Patria, no viene nada mal recordar el tema de Sui Generis con el que encabezamos estas palabras.

1 comentario:

  1. Recordando a O´donnel en 'El Estado Burocrático autoritario'... Cuando la amplitud de las exigencias sociales de la población hace imposible una respuesta del Estado, las mediaciones de la nación y el ciudadano ya no bastan para poder aspirar a la legitimidad de gobierno... entonces nacen nuevas mediaciones como el pueblo y el líder

    Probablemente la oposición no vea que cualquier novedad que quiera construir no podrá hacerlo del presente hacia el pasado, sino hacia el futuro. Que, recordando a Marx, solo harán la farsa de la tragedia, repitiéndose como comedia y entonces tendremos a Macri y De Narváez bailando con sus imitadores y riéndose de que no pueden identificarse... hay alguien que hace una farsa y hay un farsante... ¿quién es?

    ResponderEliminar